Ya nadie ve en mis ojos ese brillo que decían que tenía.
No tengo ilusión por nada, todo me da igual. No intento dar pena, pero no me sale ser la de antes, la niña ilusionada, la tonta que sabía vivir con el corazón roto. No lo he buscado, solo he arriesgado. Y por arriesgar lo he perdido todo, todo lo que no tenía. ¿Qué puedo hacer? No lo sé. De momento intentaré no verte, huir de donde vayas, no salir cuando sales. No es una táctica de superación, es solo para no derrumbarme delante de nadie, delante de ti.