Cómo pueden dos vivir
compartiendo el alimento,
en un mismo apartamento
sin nada para decir.
Si alguna palabra escapa
de sus desiertas gargantas,
es tan solo para herir.
Ni una mirada de frente
sensación de estar ausentes
en un mutismo de horror.
Recluido él en su cuarto
en la internet navegando,
y en la mente cavilando
si existe un mundo mejor.
Ella pasando las horas
hablando en su celular,
matando una soledad
que tal vez nunca buscó.
En cada rincón se mueren
aquellas cosas que duelen,
con ganas ya de explotar.
Tal vez un día sin pensar,
la guerra empiece a estallar,
no queden mesas ni sillas,
ni platos en la cocina,
todo se convierta en ruinas
y después vuelva la paz
o tal vez la libertad.
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