DREAMS OF A BROKEN LIFE
sábado, 30 de abril de 2011
Manuel M. Caamaño
La luna es mi única amante.
Sabe mi verdadero nombre
y me consuela llorando y cuestionándoselo todo conmigo.
Anoche, para colmo, se puso a llover.
Sentí que no sólo la luna estaba a mi lado en mi llanto.
LLovia por fin,
y ese olor a tierra mojada caló hasta mis huesos.
Hay veces en que, de tanto llorar,
ya no quedan más lágrimas.
Hay noches largas, muy largas.
De varios meses o años.
Hay heridas que dan la vuelta a la tierra.DE Manuel M. Caamaño
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