Entre mis sabanas blancas quedo tu perfume y tu esencia
los quejidos de mi cuerpo y la marca de tu estámpa
la almohada huele aun a ti
y no se acaba la alegria
la que me hisiste sentir
cuando decia ¡Eres solo mía!
mi cuerpo te pertenece
y no tan solo él
de lo que tú quieras ser el dueño
yo te lo ofresco sin pensar
pues me has de amar
cada ves que lo quieras...
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