
te invito a mi cama
pero si lo prefieres
en la sala
suéltate el pelo
mientras deslizo por tus caderas
ese vestido
la alfombra será el altar
donde mis caricias te contemplarán
y harán el milagro de tu entrega
permíteme besarte toda
y me refiero a que no habrá rincón en tu cuerpo
donde no se pueda posar mis labios
y cuando te sientas cómoda
podrá tu lengua y tus labios participar en este juego
no te apresures
la noche aun no se acaba
y en todo caso proseguimos en la mañana.
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